De manera excepcional, y sin que sirva
de precedente, este post no va a ser escueto y directo.
Sábado, 15 de Junio de 2013, tras
visitar parte de Malang, nos volvemos a vestir de Batik porque
tenemos el honor de ser invitados a otra boda. En este caso, LA BODA
MILLONARIA, un macro bodorrio que me río yo de la boda de la del
príncipe y Leti, y sobre todo, mucha gente vestida con traje javanés
que es sencillamente precioso.
Tras ello, preparamos las mochilas y a
las 23h nos vamos a la facultad, para a la 1 a.m. partir en Jeep
hacia el Bromo.
Subir al monte Bromo es toda una
experiencia en sí misma. Comienza con los caminos semiasfaltados y
llenos de baches, continuando por atravesar un gigantesco cráter
rodeado de niebla que se da un aire realmente lunar, ascender hasta
cierto punto rodeado de otros Jeeps y caballos, y finalmente caminar
por la montaña hasta llegar al lugar escogido para ver amanecer.
Pero como había mucha gente, Kimi y yo nos enfundamos la linterna y
empezamos a trepar por el “camino/barrizal” hacia un punto un
poco más elevado y desde el que podemos disfrutar sin ningún tipo
de aglomeración.
El amanecer allí es precioso. Un
paisaje escarpado, cubierto de niebla que se disipa poco a poco, con
los volcanes Bromo y Semeru, ambos activos, al fondo, expulsando humo
constantemente. Según avanza la luz y quemas el botón de la cámara
de tantas fotos del paisaje y de los amigos indonesios que se nos
unieron posteriormente, giras la cabeza y descubres que la niebla se
ha ido y que ahora se puede ver el valle en todo su esplendor.
Tras quedar a gusto y satisfechos,
descendemos y avanzando en Jeep a través del desolado paisaje
cubierto deceniza, visitamos el cráter del volcán Bromo, imponente,
humeante, y peligrosamente bello. Y...decidme, ¿hay alguna manera
mejor de esperar a la gente que ha ido en segunda tanda a visitar el
cráter que jugar juntos finlandeses, indonesios y el españolito a
diferentes juegos descalzos sobre la ceniza y arena? Los gritos y las
risas no tienen precio. Por ejemplo, los finlandeses tienen fama de
tímidos y de huir constantemente de la mirada en la parada del
autobús, por lo que nos colocamos todos en círculo y miramos a los
pies de alguien aleatorio. Al dar una señal, todos miramos a la cara
de la persona a la que estábamos mirando los pies, y si coincide que
esa persona estaba mirando tus pies y se cruzan vuestras miradas,
tenéis que gritar lo más fuerte que podáis de lo asustados y
traumatizados que estáis, y perdéis y salís del círculo, y el
resto continúa hasta que quedan dos, los ganadores. Creedme, es
divertidísimo.
Entonces el Jeep nos lleva a lo que
aquí llaman las “arenas susurrantes” debido a que se trata de
una explanada en la que cuando pasa la brisa, se escucha un murmullo.
Yo no lo escuché, la verdad, pero me subí con Raiko al techo del
Jeep y fuimos hasta el siguiente punto montados ahí encima. Es una
experiencia por un lado dolorosa porque te deja los ísquion
polifracturados, pero por otro brutal, sintiendo el viento de frente
mientras te rodean las montañas.
Y llegamos a la “Sabana”, más
conocida como la colina de los Teletubbies. Nos dicen que no nos
alejemos mucho, que volvamos en 10 minutos, pues hale, pocos segundos
más tarde Kimi y yo estábamos corriendo como locos subiendo y
bajando las colinas y tomando fotos de campeonato.
Por último, visitamos la cascada Air
Terjun Coban Pelangi, a la que se accede tras un par de kilómetros
por un camino a través del bosque. No es la cascada más grande de
este mundo, ni la más espectacular, pero ha sido una de las mejores
experiencias de toda mi vida. Normalmente en otros países, hay
barandillas y gente del parque que vigila que la gente no se mate en
las cascadas. Bueno, pues no en Indonesia, aquí consideran que ya
eres mayorcito para saber lo que haces, por lo que ponen un cartel
cochambroso de que andes con cuidado y a pastar. Dejamos las mochilas
en una cueva cercana, nos descalzamos, entramos en el río y
remontamos el caudal hasta volver a alzarnos sobre las resbaladizas
rocas. Sí, las rocas duelen en los pies, y te tienes que andar con
mucho cuidado, pero la sensación de sentir todas y cada una de las
texturas en los pies desnudos es indescriptible. Consideramos que
unos 10 metros es una distancia insanamente aceptable para acercarse
a la cascada, justo en la orilla del lago en el que caía. La
sensación de libertad es infinita. De pie, con los brazos abiertos,
y un viento cargado de agua contra el que es difícil mantenerse en
pie. Lo más impactante es sentir la fuerza del agua contra ti.
Completamente empapado, descalzo, rodeado de un bosque idílico y con
una cascada enorme cayendo a escasos metros, es una experiencia
mística.
Y tras ello, vuelves sobre tus pasos,
ayudas a la gente a bajar las piedras altas, y caminamos todos juntos
hasta encontrar un baño en el que cambiarnos toda la ropa y
calzarnos. Y por el camino, una personita me pidió hacerme una foto
con él:
Agotados, volvemos a Malang, y nos
obsequiamos una cena tranquila, relajada, y con buena conversación.
Comentarios:
- Aunque sigo achicharrado, creo que me voy acostumbrando al calor y humedad.
- Cuando acabe la rotación, mi primer destino de viaje va a ser la Isla de Lombok. ¿Y sabéis lo mejor? ¡Que no voy solo! Voy con Kimi
- El resto del viaje aún es incierto.
- Ya son varios los médicos que tras decirles mi edad me han preguntado si me he casado ya.
- Alguien se nos ha adelantado con lo del trayecto de los angkots, adiós al Nobel.
- Me he quemado el cogote y la cara en el Bromo por el sol, ahora sí que soy un buleh de libro.
- La comida picante está haciendo estragos
- Fuimos a otro sitio de masaje, y esta vez sí ha sido genial y nadie ha manoseado mis gónadas.
- Siento que estoy haciendo el “Camino hacia la diabetes”: TODO aquí, todo, está frito, saturado de azúcar o ambas cosas a la vez.
- Estoy empezando a ver cosas realmente impactantes en el hospital.
- Los/las dependientes en las tiendas de ropa son más pesados que matar a un cerdo a besos, se te pegan al lado mientras estás viendo por si quieres preguntarles algo, pero es que te persiguen a 1 metro allá a donde vayas, ¡qué cansinos! ¡dejadme espacio coñaaaa!
- Ya sé insultar en indonesio y en finlandés
- Qué divertido es verles intentando pronunciar la “j” o la “rr”¡Un abrazo y gracias por leer el blog!
No hay comentarios:
Publicar un comentario