jueves, 11 de julio de 2013

Bali

Bali es una selva, y bastante más salvaje que la de Borneo. Está plagada de cazaturistas ofreciendo viajes y recuerdos con el fin de exprimir hasta la última rupia del bolsillo.

Pero es tan sumamente bella...

Vengo enamorado y asqueado de Bali a la vez. Solo he estado 3 días completos, y por la zona de Ubud. Recorrí los templos del noreste y noroeste, llegando hasta los volcanes y lagos Batur y Branan, pero sin llegar al cráter, solo vistas panorámicas desde el exterior.

Bali es una isla predominantemente hindú (aunque como en todas partes hay mezquitas brotando como las setas). Y posee un cultura totalmente diferente a Java. La gente es diferente con rasgos distintos. Además, se trata de una isla rica, con menor pobreza, en la que por ejemplo hay muchísima menos desnutrición y no hay malaria. Según una propia balinesa: "Si Bali se independizara, Indonesia se desplomaría" Sea una exageración o no, es cierto que es una pieza importante en la economía de Indonesia.

De tal forma, cámara en mano, es momento de atarse el "sarung" (una especie de pareo tradicional balinés que hay que llevar al entrar a los templos) a la cintura y procurando no pisarse los faldones perderse entre la belleza de Pura Kehen, en los acantilados saturados de turistas de Tanah Lot, en el elegante Pura junto al lago Bratan, o por mi favorito Pura Batukau, donde el templo está completamente integrado en el bosque y los pajarillos, como Hugo Chávez a Maduro, te guían por los caminos hacia templetes escondidos a las orillas del río en los que como además estás solo, puedes directamente formar parte de él.

Y entre los arrozales y la escultura que tanto me gusta, me enamoro de Bali. En vez de explicarlo, pongo fotos abajo.

Ahora bien...¡hablemos de regateo! Partiendo de que me considero un regateador no muy habilidoso tirando a torpe, considero que he ido mejorando según pasaban los días. Pero es que he tenido que regatear TODO: transporte, comida, agua, hasta la información. Si bien he llegado a conseguir algunas cosas por menos de un tercio del precio original, la media la coloco en la mitad del precio que inicialmente dicen. Y cansa bastante, tener que pelearte por unas pocas rupias cada vez que sacas la cartera, que en Bali son muchas veces. Y sí, son unas pocas rupias, pero multiplicado por tropecientas mil veces, se convierte en una cantidad considerable. Y esa sensación constante de agobio, de no poder mirar a nadie a la cara sin que se te lance al cuello con un panfleto, de no poder fiarte de nada ni de nadie. Esa es la parte mala de Bali.

La policía, todo el mundo me lo ha dicho aquí, corrupta como los políticos. Tanto es así que cuando alquilas el coche con conductor hay que pactar si los sobornos están incluidos o no. Nos pararon 3 veces, pidieron el carnet de conducir y el conductor, aunque lo tenía en regla, deslizó un billete de 10000 rupias en su mano. Al preguntarle por qué, me contesta el conductor: "Quieren el dinero, y por eso te paran para pedirte el carnet, si lo tienes pagas y te puedes ir, así de sencillo"

Pero son detalles que hay que asumir en esta isla. Porque Bali es espectacular, por sus espectáculos de danza, sus magníficos artistas, sus templos, sus paisajes y su gente fuera de los núcleos urbanos.

















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