sábado, 6 de julio de 2013

Dragones y más potas

Un pie...el otro...y ¡plof! Por fin duermo en tierra firme.

Tras muy a mi pesar, despedirme de Kimi y continuar el viaje solo, estos 4 días los he pasado en un barco desde Lombok a Flores haciendo snorkel para ver el coral de unas cuantas islas y parando en el Parque Nacional de Komodo.

Íbamos en el barquichuelo 8 británicos, 2 belgas, una pareja de biólogos austriacos, 4 miembros de la tripulación, un pollo y yo. No os encariñéis con el pollo porque nos lo cenamos al tercer día.

Era mi primera vez con el snorkel, pero el resto de gente decía que lo que veíamos era bastante bueno comparado con otros lugares. Por mi parte puedo decir que ver los pececillos de tantos colores, y tantísimas formas y figuras hacía que se me pasaran las horas volando.

Yo, que me había preparado motivándome con todas las canciones de piratas que tenía, que me imaginaba en la proa con una mano como visera y la otra en jarra como buen lobo de mar, resultó que ya desde el primer día todo aquello que no fuera estar tirado en cubierta en posición horizontal (remembering Fati) me producía mareo. Por lo que medio día después, empecé a tomarme la biodramina, ¡y menos mal! Porque esa noche tuvimos un oleaje impresionante. El guía nos dijo que no podíamos avanzar como estaba previsto y que había que cambiar el itinerario, por lo que en vez de ver los dragones en Rinca y Komodo, solo los veríamos en Rinca. El biólogo insistió al guía que no era seguro continuar la navegación esa noche, pero el otro dijo que sí.

La escena era todo un poema, todos los hijos de la Gran Bretaña potando por la borda. El guía daba masajes a la gente en la nuca con una especie de mentol, que parece ser que calmaba. Yo no sé si calmaba o no, porque como afortunadamente no vomité por la bendita biodramina, me levanté lo justo para ir al baño y acostarme mientras escuchaba la orquesta de vómitos incesantes. Por lo que me limité a agarrarme fuerte a la pared para no salir disparado hacia la otra punta del barco en medio de una noche, en la que como comprenderéis, fue complicado dormir.

A la mañana siguiente el biólogo, que parece ser que sí sabía de navegación, me dijo que ha visto hundirse barcos con menos oleaje en el Mar Rojo. Así que, sea por la experiencia o la potra de nuestro kamikaze capitán, no nos hundimos.

Y en el cuarto día, llegamos a Rinca, isla del Parque Nacional de Komodo, donde a la entrada tienen una lista de todas las víctimas humanas (que a decir verdad, no eran muchas). Hicimos la ruta larga, pero solo vimos un "drágon" de Komodo correteando, luego vimos otros cuatro, pero estos espanzurrados cerca de las cocinas atraídos por el olor. Son realmente grandes e impresionan bastante. El ranger que te guía lleva un palo como única defensa, pero se ve que los dragones tienen traumas infantiles con los palos porque no osaban acercarse a ellos.

Tras acabar el viaje en Labuan Bajo (Isla de Flores), aunque ese día podíamos dormir en la barco, la gente fue a buscar hotel, porque para qué negarlo, es mucho más cómodo. En el barco nos quedamos solo los biólogos y yo. Antes de la cena todos juntos aproveché para buscar un buen sitio para ver la puesta de sol.

Y a la mañana siguiente, visita de unas cuevas, y vuelo con 2 horas de retraso a Bali. Pero al fin y al cabo, sanos y de una pieza.

Comentarios:
1. El día del oleaje, con el movimiento del barco, me pegué tales tortazos que aún hoy me duele el brazo al elevarlo por encima de la cabeza.
2. Es genial esto de que gente espontánea con moto por muy poco dinero te lleve a cualquier sitio. Ojek lo llaman aquí.
3. No me fijé si el sonido de potar es diferente en los distintos idiomas.
4. Como en el barco nuestra única higiene era el agua del mar, la sensación de ducharme y afeitarme por primera vez en 5 días al llegar a Bali ha sido indescriptible.
5. Esas playas de aguas turquesa y cristalinas del National Geographic...existen, y se pueden ver en Indonesia.
6. Los controles de seguridad de los aeropuertos son relativos, me han dejado pasar una botella de litro y medio de agua entera.
7. Juraría que acabo de escuchar a un indonesio gritar: ¡¡¡AMPARO!!!

¡Un abrazo y gracias por leer!




















1 comentario:

  1. Menudos paisajes, menudas fotos, menudo relato! Me encanta tu blog,David!
    Un abrazote!

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